Está estrategicamente ubicado en una de las partes más elevadas de la ciudad, constituyendose en el mirador por excelencia del cautivante paisaje costero.
Asistir tanto a la salida como a la puesta del sol se transforma en uno de los espectáculos naturales imperdibles del Colón.
Lo serpentean una serie de barrancas, senderos peatonales y escalinatas que invitan a una caminata placentera o recorrerlo practicando footing, para los más entrenados.
Se han dispuesto sectores destinados al deporte y la recreación tales como tenis, fútbol, basquet, rugby, aerobics, entre otros.